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miércoles, 22 de noviembre de 2017

La castaña: uno de los frutos secos con menos grasa

Sabes que el frío ha llegado de verdad cuando se instalan por las calles de Madrid los míticos puestecillos de castañas asadas...aunque este año con el otoño tan primaveral que estamos teniendo, hasta parece hasta raro verlos!

¡Qué delicia! ¡Qué recuerdos a la niñez! ¡Y qué placer ir caminando refugiándote del fresquito dentro de tu abrigo, y de repente percibir el inconfundible y reconfortante aroma de las castañas asadas!

Es embriagador, al menos para mí, e inevitable no caer en la tentación de comprar un cucurucho de papel y sentir el calor en las manos mientras se disfruta de ellas.

¿Sabíais que antiguamente, la figura de la castañera era exclusivamente un trabajo de mujeres? 
Eran mujeres costumbristas, con manos y rostros curtidos por el frío, cuyo día a día giraba en torno al calor del hornillo, que a la vez las refugiaba del gélido invierno. 
Una tradición que aunque estuvo a punto de desaparecer hace muchos años, continúa por suerte hoy en día con nosotros. Nada sería igual sin estos puestecillos, verdad? 



Y es que las castañas además de estar riquísimas, son un alimento muy saludable con importantes beneficios nutricionales:

1. Ricas en nutrientes
2. Bajo aporte calórico 
3. Alto contenido en hidratos de carbono y fibra (excelentes contra el estreñimiento) 
4. Fuente de minerales, como el magnesio, el calcio, el potasio, el hierro y el fósforo.
5. Con propiedades vasculares y antiinflamatorias. 



La castaña: uno de los frutos secos con menos grasa


Os cuento otras curiosidades:

- Durante algún tiempo se ha pensado que el origen de la castaña se encontraba en Oriente, y que fue introducida en Europa a lo largo de la época de los romanos. Sin embargo, estudios actuales afirman que los castaños ya estaban presentes en Europa en esos tiempos. Hacia el siglo V a.C. llegó a Grecia, pero no fue hasta cinco siglos después cuando llegó a Francia y España.

- Antiguamente se utilizaba para combatir el hambre en épocas de guerra, ya que la harina de este fruto es muy parecido a la harina de otros cereales, pero con mejores nutrientes. De hecho, podría muy bien decirse que el castaño fue, para los europeos, un auténtico "árbol del pan".

- La medicina natural recomienda el consumo de castañas a las personas que sufren de agotamiento físico y nervioso, estrés, anemia, depresión, durante la lactancia, durante el embarazo (ayuda a la buena formación del feto) y para mejorar el tránsito intestinal. 

En el castaño, se presentan cubiertas por un envoltorio espinoso, el erizo de castaño, que al madurar se resquebraja y deja caer el fruto. 


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Pues eso, una de las maravillas del otoño que más me gusta.

En casa las solemos asar en el horno, y no tiene ningún misterio. 
Simplemente se las da un pequeño corte, se colocan en la bandeja del horno y se hornean durante unos 20-25 minutos a 200º...cuidado al sacarlas, que queman mucho!  

¡A disfrutarlas! 










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