Lo confieso. Las chuches, golosinas, caramelos...son mi debilidad.
¿Sabíais que el nombre de caramelo procede del descubrimiento de la caña de azúcar, también llamada "caña de miel" que en latín la denominaban "canna
melis" y que finalmente dará lugar a "caramelo"? Y su origen es debido a la necesidad del ser humano por encontrar alimentos ligeros y que proporcionaran energía para esos largos viajes que se hacían en la Antigüedad.
Pues nada, os animo a que las hagáis con los peques de la casa. Ellos se lo pasarán en grande creando sus propias chuches! Comprobado!
Ingredientes
1 sobre de gelatina de sabor (yo elegí fresa para esta ocasión)
12 láminas de gelatina neutra
170
ml. de agua
250 gr. de ázucar
Aceite de girasol para el molde
Elaboración
Lo primero de todo será poner en un cuenco con agua templada las láminas de gelatina neutra para que se hidraten durante 3 minutos.
A continuación, ponemos
todos los ingredientes en un cazo a fuego bajo (no queremos que hierva!). Removemos continuamente durante 10 minutos.
Engrasamos
los moldes con un poquito de aceite. Lo mejor es utilizar moldes de silicona por la facilidad para desmoldar. Los hay con formas muy diferentes, incluso nos podría servir una cubitera y hacer unas chuches cuadradas.
Vertemos la mezcla sobre ellos y a la nevera! Tendremos que esperar un mínimo de 2 horas para que enfríen y solidifiquen súper bien.
Una vez los desmoldemos, pasaremos nuestras chuches por azúcar para darle el toque final perfecto y...a comerlas!!
Y esta otra versión es para romanticones, ideal para San Valentín, en forma de corazón.
Mirar qué idea más chula os propongo para presentarlas!
Dentro de un envase de cerámica, el de las cuajadas.
Los detalles son muy importantes!
Besos